sábado, 10 de abril de 2010

Novena a la Divina Misericordia - 9no día

Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.

Jesús misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro. Oh Jesús compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén.

PADRE NUESTRO
AVE MARÍA
CREDO
CORONILLA (en las cuentas del Rosario):
- Padre Eterno, yo te ofrezco, el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadisimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciacion por nuestros pecados y los del mundo entero.
- Por su Dolorosa pasion, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. (10v)
(al terminar las 5 decenas)
- Santo Dios, Santo fuerte, santo inmortal. Ten misericordia de nosotros y del mundo entero (3v)
- Oh Sangre y Agua que brotaron del corazon de Jesus como una fuente de misericordia para nosotros, en tí confío. (3v)

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